martes, 31 de agosto de 2010

Ensayado

Por aquellas tierras blancas, que al atardecer se entintan de ardores, donde los mares se confunden con los cieos y recuestan en la finura de la arena de sus playas.

Dónde la espesura esmeralda de su monte esconde diversas voces de enequén y chicle; del sudor de su jornada temprana y larga. Voces de palacios mayas que entre la malesa se esconden y que solo el viento penetra.

Voces antiguas y secretas como sus cenotes; que guardan doncellas sacrificadas en la misteriosa entrada al inframundo donde el pájaro reloj anuncia que hay extraños.

En aquel innolvidable mundo donde la sagrada ceiba es la de la buena sombra, y el faisán decora la selva que el "zorro"de noche ronda y el jaguar asecha. Donde los aluxes guían a los incautos a los encantos de la Xtabay.

Ahí justo, dónde la raza de piel de bronce, de voz cantada habita, y el chechén la piel de los cansados irrita.


Una bella hacienda emerge  entre la malesa sus muros se abren paso y sus jornaleros aran la tierra sebrado henequen de cacique.

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